Con frecuencia olvidamos los espacios que hicieron de albergue a nuestro cuerpo. Cuando decidimos regresar a ellos, bajo el manto de la memoria o en presencia real, nos percatamos de forma abrupta que todo fue más pequeño, como si las cosas de la nada cambiaran su dimensión con el paso del tiempo, de los años... es una sensación indescriptible.

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Necesito un espacio, no lo encuentro fue un proyecto realizado en el año 2019 concebido como una continuación y crítica social a esos espacios que niegan el cuerpo desde las problemáticas del habitar, el cual consistió en regresar al pasado, a la infancia, para habitar nuevamente un espacio que estuvo presente por 15 años en mi vida. Al estar allí realizo un frotagge en tela transparente de la mitad de la fachada conservando sus medidas, luego, este fragmento lo instalo en otro espacio y a través de trazos y textos realizo una acción performatica en la que reconstruyo la otra mitad y doy color a la casa, a los recuerdos y la experiencia.